Los antioxidantes sintéticos son compuestos químicos creados artificialmente que tienen la capacidad de proteger las células y los tejidos del daño oxidativo causado por los radicales libres.
Estos radicales libres son moléculas inestables que se forman en nuestro cuerpo como resultado de procesos metabólicos normales o de factores externos, como la radiación ultravioleta, la contaminación ambiental y el estrés.
El modo de acción de los antioxidantes sintéticos radica en su capacidad para neutralizar los radicales libres. Los antioxidantes actúan donando un electrón a los radicales libres, estabilizándolos y evitando que dañen otras moléculas en el cuerpo. Al hacerlo, ayudan a prevenir el estrés oxidativo, que puede dañar el ADN, las proteínas y los lípidos, y contribuir al envejecimiento prematuro y a diversas enfermedades.
Los antioxidantes sintéticos se utilizan en una amplia gama de productos, incluyendo alimentos procesados, cosméticos, suplementos dietéticos y productos farmacéuticos. Algunos ejemplos de antioxidantes sintéticos comunes son el butilhidroxitolueno (BHT), el butilhidroxianisol (BHA), el propilgalato (PG) y el etoxiquina.
Es importante destacar que, si bien los antioxidantes sintéticos pueden tener efectos beneficiosos para la salud al proteger contra el estrés oxidativo, su uso y seguridad deben ser evaluados adecuadamente por las autoridades reguladoras. Además, se recomienda obtener antioxidantes de fuentes naturales, como frutas y verduras, que también contienen una variedad de otros nutrientes esenciales para una salud óptima.