Los factores que afectan la solubilidad de las sustancias pueden llegar a limitar la producción de sustancias cosméticas.
Se conoce una amplia variedad de sustancias para las que se han sugerido efectos cosméticos potencialmente beneficiosos. Sin embargo, el uso de muchas de ellas se ha visto seriamente limitado por la escasa solubilidad que se puede lograr en las preparaciones cosméticas conocidas en el estado de la técnica. Esto se debe a menudo a la naturaleza lipófila del agente cosmético y a un carácter principalmente polar de la preparación cosmética. Por lo tanto, la penetración en la piel y los efectos cosméticos deseados no se pueden lograr en un grado satisfactorio con dichos agentes cosméticos. Por lo tanto, el uso de dichas sustancias como agente cosmético está limitado cuando se utilizan preparaciones cosméticas estándar.
La piel constituye una barrera muy eficaz contra la penetración de xenobióticos y la pérdida de agua. Los agentes cosméticos o las soluciones, o las bases cosméticas que contienen agentes cosméticos, deben presentarse en forma homogénea para garantizar una alta eficacia.
Los emulsionantes pueden incluso sesgar la liberación de los agentes cosméticos de la composición. Los líquidos son difíciles de combinar con partículas sólidas, ya que tienden a separarse debido a las diferentes densidades. Esto se puede solucionar utilizando ciertos formadores de gel o solubilizantes. Pero también son relativamente costosos y perjudican asimismo la sensación sensorial del producto cosmético sobre la piel. Además, las propiedades de extensión sobre la piel suelen ser insuficientes.
Factores que afectan la solubilidad
La solubilidad de las sustancias depende de los siguientes factores:
- Temperatura. La mayoría de los sólidos aumenta su solubilidad en agua al aumentar la temperatura, aunque existen algunas excepciones. También los compuestos orgánicos, por lo general, aumentan su solubilidad al aumentar la temperatura. Este aumento de solubilidad al aumentar la temperatura se debe a que aumentan las interacciones entre las partículas del soluto y el solvente, por lo que se pueden romper las fuerzas intermoleculares entre ellos. Por otra parte, los solutos gaseosos tienen un comportamiento distinto, pues al aumentar la temperatura aumenta su solubilidad en solventes orgánicos, pero disminuye en agua debido a que el gas tiende a escapar del líquido con el aumento de la temperatura. Por ejemplo, un vaso de agua disuelve una cantidad determinada de azúcar, hasta que el exceso empieza a precipitarse en el fondo. Si calentamos dicho vaso de agua, notaremos cómo el exceso empieza a desaparecer, aumentando la solubilidad del soluto en el solvente.
- Presión. La presión influye en la solubilidad de los solutos gaseosos principalmente. Al aumentar la presión de un soluto gaseoso, aumenta su solubilidad en un cierto solvente.
- Naturaleza del soluto y el solvente. Las sustancias con la misma polaridad son solubles entre sí, de lo que surge la frase: “semejante disuelve lo semejante”. Sin embargo, cuando un soluto y un solvente tienen polaridades distintas, son completamente insolubles entre sí, aunque siempre existe un rango de polaridades intermedias en el que pueden ser parcialmente solubles un soluto y un disolvente.
- La polaridad es una propiedad de los compuestos químicos que tienen la tendencia a separar las cargas eléctricas en su estructura. Las moléculas polares están constituidas por átomos cuya electronegatividad es muy diferente, mientras que las moléculas apolares están formadas por átomos con igual electronegatividad. Pero la polaridad de una molécula también está determinada por la simetría de su estructura, por lo que pueden existir moléculas formadas por átomos cuya electronegatividad es diferente, pero están dispuestos de tal manera en la estructura molecular, que se anulan sus dipolos y finalmente la molécula es apolar.
- Agitación. Agitar o revolver las disoluciones aumenta la solubilidad del soluto, pues contribuye a una mayor interacción entre el soluto y el solvente.
Solubilizantes cosméticos
Los solubilizantes son ingredientes indispensables en la formulación de cosméticos y productos para el cuidado de la piel. Su función principal es aumentar la solubilidad, garantizando que los diversos componentes de un producto cosmético se mezclen a la perfección, lo que da lugar a una formulación armoniosa y eficaz. Estos compuestos desempeñan un papel fundamental en la creación de productos homogéneos que ofrecen no sólo un atractivo visual, sino también un rendimiento constante.
Existe un reto en incorporar ingredientes de solubilidad limitada a las fórmulas cosméticas y de cuidado de la piel. Muchos de estos componentes, como fragancias, aceites esenciales, vitaminas y ciertos compuestos activos, son propensos a no disolverse en el producto final. Los solubilizantes vienen al rescate mejorando la solubilidad de estos ingredientes rebeldes. Así, un producto conserva su uniformidad, evitando la indeseable separación o precipitación con el paso del tiempo.
Una de las funciones primordiales de los solubilizantes es mantener la estabilidad de las fórmulas cosméticas. Sin estos diligentes agentes, ciertos ingredientes podrían tender a segregarse del resto del producto, lo que daría lugar a un producto incoherente y reduciría su vida útil. Al garantizar una distribución uniforme, los solubilizantes evitan la separación de los ingredientes, prolongando la vida útil del producto y, por consiguiente, su utilidad.
Más allá de la estabilidad, los solubilizantes también contribuyen a la experiencia sensorial global de los productos cosméticos. Pueden transformar una textura grumosa y desigual en otra suave y uniforme, haciendo que productos como lociones, cremas y sueros sean un placer de aplicar. La textura y el tacto de un producto pueden influir significativamente en la percepción de su calidad por parte del consumidor, por lo que los solubilizantes son esenciales para conseguir una experiencia agradable para el usuario. No se puede pasar por alto la eficacia en el rendimiento del producto.
Los solubilizantes garantizan la dispersión uniforme de los ingredientes activos, lo que facilita su absorción por la piel. Esto es especialmente importante en los productos para el cuidado de la piel diseñados para proporcionar beneficios específicos, como antienvejecimiento o hidratación. Al facilitar la distribución uniforme de estos activos clave, los solubilizantes ayudan a liberar todo el potencial de un producto.
Los solubilizantes desempeñan un papel fundamental en la conservación del atractivo visual de estos productos. Impiden la formación de partículas visibles o enturbiamiento, garantizando que el producto siga siendo cristalino, visualmente atractivo y comercializable.
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