El antibiograma es una tabla que muestra la susceptibilidad de una serie de organismos a diferentes antimicrobianos.
El crecimiento de un microorganismo susceptible puede inhibirse mediante la exposición directa a un antimicrobiano en el entorno de laboratorio. Las directrices del Clinical and Laboratory Standards Institute (CLSI) definen la concentración inhibitoria mínima (CIM) clínicamente relevante de un antimicrobiano que debería inhibir el crecimiento de un microorganismo. Esto se conoce como punto de corte de la CIM. Si el microorganismo puede crecer en concentraciones de fármaco iguales o superiores a esa concentración de punto de corte, se considera que el microorganismo es resistente a ese fármaco. Los microorganismos cuyo crecimiento se inhibe como se espera son susceptibles a ese fármaco.
El antibiograma proporciona un perfil general de los resultados de las pruebas de susceptibilidad de un microorganismo específico a una serie de fármacos antimicrobianos. Los antibiogramas reflejan los resultados agregados de muchas pruebas de susceptibilidad de microorganismos a fármacos individuales. Pueden compilarse a nivel de una clínica, hospital, sistema de salud, región o estado.
Se actualizan periódicamente para reflejar los resultados de las pruebas de susceptibilidad más recientes. Algunos antibiogramas muestran un solo porcentaje de susceptibilidad para un microorganismo, y otros muestran la susceptibilidad por tipo de muestra (por ejemplo, E. coli en orina o sangre) porque se pueden usar diferentes antimicrobianos para tratar el mismo microorganismo en diferentes sitios del cuerpo.v
¿Cuál es la importancia del antibiograma en la industria cosmética?
Una de las principales preocupaciones de la industria es la capacidad de ofrecer artículos que no supongan ningún riesgo para los consumidores. Además, que, al mismo tiempo, garanticen la conservación de sus propiedades químicas, físicas y microbiológicas. A la hora de producir productos destinados a la higiene y la limpieza personal, los aditivos desempeñan un papel importante en la regulación de la carga bacteriana de los artículos. Sin ellos, el material caducaría rápidamente y, lo que es más relevante, pondría al consumidor en riesgo de sufrir peligros impredecibles.
Los agentes antimicrobianos también se añaden en la formulación de lociones, jabones, cremas o aerosoles médicos que se utilizan para la higiene diaria o para el tratamiento de infecciones bacterianas localizadas. Algunos de los productos químicos más conocidos son los parabenos, el triclocarbán y el triclosán.
Los parabenos (ésteres del ácido p -hidroxibenzoico) se añadieron habitualmente a los cosméticos, productos alimenticios y productos farmacéuticos; su amplio uso estaba relacionado con sus bajos costes y su buena estabilidad.
Estas sustancias se consideran contaminantes de creciente preocupación debido a su presencia en ambientes exteriores e incluso interiores. Su persistencia en varias matrices ambientales también es consecuencia de la eliminación incompleta por el proceso tradicional de tratamiento de aguas residuales.
Uso de productos de cuidado personal y propagación de enfermedades infecciosas
Las sustancias antimicrobianas impiden el crecimiento de gérmenes a través de diversos mecanismos. La posibilidad de elegir cepas resistentes indica los peligros relacionados con el uso excesivo de estos agentes. La resistencia a los antimicrobianos (RAM) por ejemplo, es una preocupación en el tratamiento de las infecciones por Mycobacterium tuberculosis. Esto porque limita el número de antibióticos disponibles para su terapia. Lo mismo ocurre con las infecciones causadas por Clostridium difficile , que siguen siendo un grave peligro y una carga para los sistemas de atención sanitaria.
El uso excesivo de antibióticos en el tratamiento de infecciones, en particular en niños, está históricamente vinculado al problema de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), pero también el uso de productos de cuidado personal juega un papel clave. Estos compuestos se descargan al medio ambiente y, debido a su impacto en los ecosistemas microbianos, su persistencia dicta cuándo comienzan a ocurrir los fenómenos de resistencia. Debido a sus concentraciones relativamente altas, estos productos químicos ejercen una presión selectiva sobre las poblaciones microbianas que habitan tanto en hábitats domésticos como naturales.
Parabenos, triclocarbán y triclosán en productos de cuidado personal
Los parabenos, el triclocarbán y el triclosán son sustancias químicas muy conocidas que se encuentran en una variedad de productos. Los parabenos se derivan del ácido benzoico y comprenden derivados caracterizados por las diferentes longitudes de la cadena lateral. Su presencia en el medio ambiente influye en los ecosistemas microbianos, lo que ha llevado a la selección de cepas resistentes. Investigaciones sugirieron que la exposición ambiental a los parabenos podría contribuir al desarrollo de resistencia en las bacterias patógenas, lo que lleva a consecuencias perjudiciales para la salud humana.
El triclocarbán y el triclosán son compuestos antibacterianos de amplio espectro que se han utilizado ampliamente en una variedad de productos cosméticos. Sin embargo, debido a las preocupaciones sobre su impacto en las hormonas y la resistencia a los antibióticos, los organismos reguladores han prohibido el uso de triclocarbán y triclosán en algunos productos básicos. A pesar de esto, todavía se utilizan ampliamente en muchos productos de consumo. Una vez en el medio ambiente, estos productos químicos se pueden encontrar en el agua, los sedimentos, los animales acuáticos, el polvo e incluso los cuerpos humanos.
La presencia de triclosán en los lodos de depuradora lo convierte en una fuente importante de genes de resistencia a los antibióticos, y se han descubierto mutaciones en el gen de la proteína transportadora de enoil-acilo (ACP) reductasa en bacterias oportunistas sensibles expuestas al triclosán. La exposición al triclocarbán en los lodos de depuradora puede reducir la tolerancia a los antibióticos y promover la selección de genes resistentes a múltiples fármacos y de resistencia cruzada. Esto ayuda a que los ARG y los MGE (genes de resistencia a los antibióticos y elementos genéticos móviles) se propaguen en las comunidades bacterianas.
Los mecanismos de resistencia a los antibióticos
La resistencia a los antibióticos es un problema de importancia mundial con repercusiones en la salud humana. Los productos de cuidado personal y, en particular, los aditivos antimicrobianos que contienen, se liberan al medio ambiente y entran en contacto con comunidades microbianas, alterándolas y seleccionando bacterias resistentes. Estas sustancias también se han detectado en ambientes interiores, lo que aumenta aún más la preocupación por su persistencia.
El seguimiento de la resistencia a los antibióticos puede verse facilitado por enfoques de inteligencia artificial y aprendizaje automático que pueden permitir la investigación de este tema mediante simulaciones y modelos in silico.
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