La radiación solar es una fuente importante de daño a las fibras capilares. Sin embargo, la medición de las consecuencias de su interacción con los componentes de las fibras capilares sigue siendo un desafío.
Desarrollo de productos para fotoprotección
Varios estudios investigan los signos de fotodaño en las hebras de cabello; sin embargo, sus conclusiones a menudo divergen, principalmente debido al diseño del método experimental. Las diferencias en la preparación de las muestras pueden afectar directamente a los resultados.
La medición de alteraciones de las propiedades mecánicas del cabello es un enfoque que está más cerca de la percepción sensorial de daño de las personas. Esto porque una menor resistencia de la fibra pueden percibirse fácilmente en una escala macro; por lo tanto, correlacionarse con la experiencia común de cabello quebradizo.
La resistencia a la tracción es un método estándar para medir la resistencia mecánica de diferentes materiales, incluidas las fibras capilares. Las propiedades mecánicas se definen principalmente por las proteínas organizadas de la corteza del cabello. Su estructura rígida está dada por unidades fibrosas compuestas de proteínas de queratina. Los estudios de microspectroscopía Raman indican que la escisión fotoinducida de los enlaces disulfuro está asociada con cambios de queratinas en cabello irradiado. Por lo tanto, para alcanzar y dañar la corteza, la radiación solar debe penetrar a través de las múltiples capas de células de la cutícula.
Resistencia de las fibras capilares
La metodología de fatiga flexible, descrita en la literatura como una forma eficiente de medir la resistencia mecánica de las fibras, es muy utilizado en la industria textil. El resultado de la medición de este método de prueba es el número de ciclos que preceden a la rotura; cuanto mayor sea la resistencia de la fibra, mayor será el número de ciclos.
La primera mención del uso de la fatiga flexible aplicada a los cosméticos ocurrió en 1995 cuando la técnica se adaptó a la ciencia del cabello y se denominó “flexabrasión”. Este enfoque evalúa las propiedades mecánicas que también proporcionan las mediciones de tracción; incluido el análisis de la tensión de flexión, que aborda mejor la integridad de las capas más externas. Por lo tanto, la flexabrasión podría evaluar mejor las propiedades mecánicas asociadas con la corteza o el daño de la cutícula.
En un estudio del Postgrado en Metrología de la Universidad Católica de Río de Janeiro, junto con L’Oréal Research & Innovation; se investigó la metodología flexabrasion como una herramienta potencial para cuantificar el daño a las propiedades mecánicas del cabello causado por los rayos solares.
Exposición a radiación solar
El experimento in vitro desarrollado para este estudio simuló cuatro condiciones iniciales de muestras de cabello humano; que posteriormente pasó por diferentes períodos de exposición a la radiación emitida por una lámpara de arco de xenón. El análisis estadístico de los resultados caracterizó la capacidad de la metodología para evaluar el impacto de la radiación solar en la resistencia mecánica del cabello.
Los resultados mostraron la capacidad de la técnica de flexabrasión para detectar el efecto de fotodaño en las propiedades mecánicas de las hebras de cabello humano. Esta técnica ha demostrado ser más eficaz que el enfoque convencional que emplea la prueba de tracción; ya que la flexabrasión también considera el debilitamiento de la región cuticular, que se ve más afectada por la radiación que el área cortical.
Por tanto, la metodología propuesta tiene potencial de aplicación para evaluar la eficacia de los productos destinados a la fotoprotección del cabello; permitiendo así una adecuada evaluación de su cumplimiento con los requisitos reglamentarios.
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