El efecto beneficioso de los rayos ultravioleta sobre la salud humana está bien establecido. No sólo
puede desencadenar la síntesis de vitamina D3, también puede mejorar las lesiones psoriásicas. Pero múltiples trabajos de investigación también indican los riesgos en el desarrollo del fotoenvejecimiento extrínseco.
Exposición a rayos ultravioleta
Se ha informado que la exposición crónica a los rayos UV es el principal factor de riesgo de desarrollo del fotoenvejecimiento y melanoma maligno. De hecho, alguna evidencia posiblemente correlaciona el desarrollo del 60 al 70% de todos los melanomas malignos cutáneos con la exposición a la radiación ultravioleta.
El daño cutáneo inducido por los rayos UV es causado por la absorción de rayos fuertemente dañinos por las capas cutáneas culminando en estrés oxidativo. El desequilibrio redox resultante parece deberse a un daño directo del ADN o mediante la oxidación de lípidos y proteínas celulares. Esto debido a la generación de especies reactivas de oxígeno (ROS).
Aunque la piel presenta un sistema antioxidante complejo, surgen problemas cuando la exposición a los rayos UV se vuelve crónica, lo que provoca un cambio en el equilibrio entre los oxidantes y antioxidantes hacia la oxidación, con el consiguiente agotamiento del sistema de defensa de la piel. De hecho, la exposición crónica a los rayos UV se ha asociado con quemaduras solares, apoptosis celular, daño del ADN y fotocarcinogénesis.
Fotoenvejecimiento extrínseco
Múltiples trabajos han identificado la luz ultravioleta como el principal factor de riesgo en el desarrollo del fotoenvejecimiento extrínseco. Este se caracteriza por arrugas gruesas, manchas pigmentadas y tono de piel desigual. Por lo tanto, la prevención de la exposición a los rayos UV es importante, no solo a nivel cosmético, sino también para evitar el desencadenamiento / exacerbación de patologías cutáneas graves.
Recientemente ha habido un giro de eventos en el campo de las formulaciones de protectores solares, donde se vió una demanda creciente de extractos naturales, en sustitución de protectores solares químicos y sintéticos. Esto comenzó después de que muchos informes sacaran a la luz la inestabilidad e incapacidad de los protectores solares orgánicos para disipar completamente la energía absorbida por los rayos ultravioleta; lo que lleva a la generación de especies de radicales libres que pueden causar más daño a la piel. Además los protectores solares químicos que contienen compuestos sintéticos como la oxibenzona y el octinoxato han sido prohibidas en algunos países. Esto por causa del daño potencial inducido a los arrecifes de coral y otros ecosistemas marinos.
Extracto de arándano como fuente de polifenoles
Los compuestos naturales son seguros y capaces de proteger el piel de los radicales libres y el fotoenvejecimiento gracias a su componente polifenólico. Se demostró que la aplicación tópica de antioxidantes naturales antes de la exposición a la radiación UVA reduce la foto-dermatosis inducidas por la luz UVA. Además aumenta la dosis mínima para inducir la oscuridad del pigmento.
El arándano salvaje de Alaska (BB) (Vaccinium uliginosum, también llamado ‘arándano de pantano’) es una una rica fuente de compuestos polifenólicos que protegen contra los trastornos metabólicos, como la diabetes y obesidad, así como otras fuentes de estrés oxidativo o inflamatorio para los seres humanos. La abundancia de polifenoles protectores de la salud le da al arándano de pantano una potencia antioxidante y antiinflamatoria inusualmente alta.
La aplicación tópica de extracto de BB en explantes de piel humana ex vivo evitó el daño a la piel inducido por rayos ultravioleta y el fenómeno oxi inflamatorio, esto al apagar el aumento de los niveles del marcador oxidativo e inflamatorio, como 4-hidroxinonenal (4HNE), hemo-oxigenasa-1 (HO-1), ciclooxigenasa-2 (COX2), y receptor de hidrocarburo de arilo (AhR); así como contrarrestar la pérdida de proteínas estructurales (filagrina e involucrina) inducida por radiación UV.
Los datos proponen el uso de una aplicación tópica del extracto de arándano como un enfoque natural y valioso para garantizar la fotoprotección contra el daño cutáneo inducido por los rayos UV y el envejecimiento prematuro.
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